Cómo ha cambiado Internet el oficio de escribir libros…

No estoy convencido de que alguien menor de cincuenta años pueda entender como era antes esto de escribir libros. Ni de qué forma profunda ha alterado Internet la manera en que escriben los escritores. Hasta finales de la década de mil novecientos noventa, toda vez que te veías obstruido por un hecho, debías preguntar a tu Enciclopedia Británica de treinta y dos volúmenes…

marzo 2020

La mayor parte de los escritores eran demasiado pobres para tenerla. Así es que tenías que ir a una biblioteca, donde pasabas horas merodeando por una sala de referencia. Al final suplicabas al bibliotecario que te ayudase.
Rastrear pistas sobre un acontecimiento histórico o bien la vida de una persona quería decir que precisabas colectar el dinero para viajar a cualquier corporación que almacenara los ficheros.

Si procurabas rememorar tu memoria sobre el viaje de tu familia a una Feria Mundial debías hojear el álbum de recortes de tu madre, mas no podrías pasar una tarde en YouTube viendo lo que visitaste de pequeño.

Ciertos escritores de forma deliberada toman situaciones extremas o bien contrarias para asombrar a sus lectores. Otros tremen desatar una tormenta de fuego de amenazas de los trolls. A inicios de la década de mil novecientos ochenta, se podría publicar un artículo que atrajese diez o bien veinte cartas de odio al editor. . No más.

Podrías percibir cuando cobrabas un talón y el vendedor veía tu nombre. Mas no debías de preocuparte de que miles y miles de extraños clamaran por tu violación o bien tu crucificción.

Tampoco vivías con temor de arruinar tu carrera al profesar una visión que no era suficientemente progre.

Los primeros escritores que procuraron ganarse la vida on-line fueron bloggers, y los weblogs debían sentirse conversacionales. Cuando trataron de redactar con tanto cuidado, tan líricamente, tan esmeradamente como podrían haberlo escrito al hacerlo en un ensayo para un diario, los lectores les hacían sentir que no era el camino correcto.

Lo virtual semeja ofrecer una cantidad infinita de espacio en el que se puede desplegar una pieza de no ficción creativa, mas las personas que leen en una computadora, y mucho menos en un teléfono, semejan menos propensas a continuar desplazándose que las personas que se establecieron en su sillón con un libro.

Todo semeja tan efímero: lo que escribimos no existe físicamente, con lo que no sentimos que escribimos para la posteridad. Anteriormente, alguien que escribía para una gaceta podría haber sido un miembro del personal, mal pagado pero con un sueldo,  al menos…

Origen: Why the Internet Is a Mixed Bag for Writers

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