La historia de Andrés Caicedo y su leyenda en la literatura colombiana es breve y dramática.
Una producción a una velocidad vertiginosa y suicida a los 25 años, ya que cualquier período posterior a la infancia no vale la pena vivirlo. Antojos por la lectura, la música y el cine, los tres que se encuentran en las historias de esta colección de varios momentos en el tiempo, comenzando en 1969, donde un escritor maduro extraordinario presentó un estilo narrativo aplomo y habilidad para transmitir.
En algunos casos, limitados a textos ubicados en un ambiente un tanto tradicionalista, como si fueran progresando textos vecinos de escritores como Junot Díaz, no hubo intertextualidad.
Porque aquí se crea antagonismo, al menos que el sentido da el todo.
Y en este escenario, hay historias escritas desde los 18 años, en las que se levanta el boom de una ciudad vibrante, extrema, bulliciosa, llena de sensualidad sin la evidente violencia o patrón carnal.